El «Síndrome Postvacacional» o «Depresión Postvacacional» es un problema que se presenta con frecuencia tras las vacaciones, cuando es nuestra obligación regresar a la vida laboral.
Se caracterizará por mantener un estado de malestar general (físico y psicológico) que desencad
enaría en un bajo rendimiento en el puesto de trabajo. Pero no hablamos de una enfermedad, sino de un proceso de adaptación que, de prolongarse en el tiempo, sería capaz de generar una importante interferencia en la vida personal de quien lo sufra.
Según investigaciones recientes, la población con una edad inferior a los 45 años seria la más afectada, incluyendo a los niños en el periodo de vuelta al colegio. Del mismo modo, habría una mayor probabilidad de aparición en aquellos casos donde la persona haya sufrido acoso escolar o laboral. Con todo ello, se prevé que casi la mitad de la población experimentará algún episodio a lo largo de su vida deteriorando así su labor profesional.
¿CUÁLES SON SUS SÍNTOMAS PRINCIPALES?
El «Síndrome Postvacacional» se caracteriza por la presencia de cuadros de estrés recurrentes una vez nos incorporamos de nuevo a la vida laboral. Algunas de las manifestaciones más destacadas son las siguientes.
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Síntomas físicos:
- Dolor de cabeza.
- Sensación de agotamiento.
- Problemas de sueño.
- Falta de apetito.
- Dolores musculares.
- Aumento de la frecuencia cardiaca.
- Aumento de la tensión
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Síntomas emocionales o psicológicos:
- Problemas de concentración.
- Tristeza.
- Falta de interés.
- Ansiedad.
- Cambios de humor.
- Irritabilidad.
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Síntomas del comportamiento:
- Reducción del rendimiento laboral o académico.
- Abandono de actividades placenteras.
- Reducción de vida social.
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Estos síntomas suelen aparecer durante la primera semana de trabajo y, en la gran mayoría de los casos, suelen ser pasajeros. Sin embargo, si los síntomas perduran durante más de dos semanas sería conveniente ponerse en contacto con un profesional para estudiar las causas del problema y aplicar el tratamiento más adecuado a cada caso.
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¿POR QUÉ SUCEDE EL SÍNDROME POSTVACACIONAL?
Cuando hemos estado en un periodo de vacaciones donde las actividades han paso de ser obligaciones a ser actividades de ocio, de relajación…, y volvemos a la rutina del trabajo, generamos un cambio considerable que implica hacer variaciones en relación a los horarios, a las obligaciones, al tiempo que se dispone para el ocio y, en general, un cambio en el estilo de vida. La adaptación a esta nueva rutina, y los cambios generados pueden llegar a generar los problemas físicos, psicológicos y comportamentales que se nombraban en el apartado anterior.
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Se puede considerar, entonces, que el «Síndrome Postvacacional» se originaría tras un mal proceso adaptativo al pasar de un tiempo de vacaciones a la vuelta a la rutina. [/blockquote]
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¿CÓMO SE PUEDE PREVENIR?
Para favorecer la no aparición de éste síndrome, tanto antes de la vuelta a la rutina como en los primeros días del regreso a vacaciones, se plantean las siguientes sugerencias:
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No alargar los viajes de vacaciones hasta el último día, de este modo, los días previos al regreso al trabajo nos servirán para realizar el cambio de una forma lo menos brusca posible.
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Los días antes de volver al trabajo, mantendremos unos hábitos de sueño lo más parecido posible a los que mantendremos una vez volvamos a la ruina.
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Buscaremos y llevaremos a cabo alguna actividad de ocio compatible con el trabajo, para mantener algo que nos motive y nos ilusione.
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Dividir el periodo de vacaciones en periodos más cortos, ya que aquellas personas que mantienen unas vacaciones más largas son más propensas a desarrollar este síndrome. Así pues, se recomienda dividir las vacaciones en diferentes periodos.
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No empezar a cargarse de trabajo desde el primer día. Es preferible ir realizando un regreso paulatino, incorporando actividades y responsabilidades de forma progresiva.
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Es recomendable llevar una vida saludable haciendo ejercicio y manteniendo una alimentación saludable que nos permitan una mejor gestión del estrés.
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Moderar el consumo de cafeína y alcohol ya que pueden agudizar los síntomas del estrés o empeorar el estado emocional.
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Focalizar la atención en lo positivo del día y no centrarnos en aquellos aspectos negativos que no nos permitan una adaptación a la rutina laboral.
Si pasadas unas semanas los problemas continúan es muy probable que hablemos de un caso de estrés crónico o algún tipo de ansiedad que requerirá de un tratamiento psicológico inmediato para reducir el malestar y la interferencia que pueden estar ocasionando estas sensaciones a la vida diaria de la persona.
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